El término “técnica mixta” implica simplemente que no es sólo óleo, o sólo acrílico, sino que se han mezclado diferentes materiales, técnicas o procesos, a veces en forma experimental. Implica también que el pintor mantiene su chispa aventurera, que a veces no se satisface con las posibilidades más tradicionales y busca diferentes idiomas más aggiornados y que mejor se conectan con los ritmos de hoy.

Desde el 2009 mis pinceles tradicionales coquetean con la tecnología. En Lisboa hice una exposición individual con obras que resumían esa búsqueda. El Pincel y el Pixel tenían una especie de enfrentamiento y romance posterior, seguido de signos de interrogación en el desarrollo de la historia. https://www.youtube.com/watch?v=gVM6rxw2_y8

Me fascinaron siempre las posibilidades de modificación de la imagen a través de medios digitales, pero me siento muy apegada al pincel y sus juegos, a la pasta de pintura generosamente aplicada y su efecto sensual, táctil.

Fue a partir de una visita a la exposición del genial y reconocido artista inglés David Hockney en París en Setiembre de 2017 que me entusiasmé aún más con las mezclas de tecnología digital con dibujo y pintura tradicional. Compré una tablet expresamente para eso, y me deleito en la fluidez con que los trazos y colores salen como antes salían en el cuaderno de bocetos. Me costó aceptar esa magia como proceso legítimo, pues soy de la época en que la autenticidad pasaba por la esforzada labor de la mano propia. Sin embargo luego de una muy dedicada investigación entrevistando a muchos artistas, profesores, críticos y marchands me convenzo que no usar de estas nuevas tecnologías disponibles sería como hoy negarse a usar la calculadora, y que la gran mayoría de los artistas lo hacen en alguna etapa de su creación, sin desmedro de la autenticidad. Bienvenida la tecnología que ayuda al Arte! (No lo substituye, sino que lo facilita y lo difunde)