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Las flores son un motivo aceptado con facilidad: alegran, ponen color, son amables. Los entendidos miran este tema con desconfianza, considerando que es  repetitivo, superficial, "no comprometido", simplemente en la categoría de decorativo (de los que se compran según el tapizado del sofá )

La perfección de una sala "de revista" da prioridad a la armonía decorativa  y  el  Arte luce tristemente subordinado, equiparado en jerarquía a un sillón o una cortina. Como una voz más en medio de un coro.

Pero hay flores… y FLORES !.

 Hay flores repetidas, pintadas por docenas para satisfacer la demanda de masivos clientes (y de masivos tapizados de sillones),  y otras que de veras nacen de la emoción. 

En la Naturaleza vemos miles de flores totalmente sorprendentes: sensuales, curvilíneas, envolventes, otras chispeantes de alegría, desafiantes con colorido casi agresivo…algunas de

tallos curvados, melancólicos;  otras con fuertes líneas erectas; las que reptan o trepan…y hasta las  que se desparraman en matorrales como cascadas Si miramos cada una de esas tan variadas opciones apreciando su libertad, las combinamos con las también riquísimas posibilidades del Arte en técnicas, composición, colores, luces, perspectivas y texturas…y las sazonamos con el sentimiento del pintor, que también puede ser inagotable, podríamos obtener siempre un diferente resultado, original e inesperado…hasta para quien lo pinta!.

El tema con el que el pintor ejemplifica su mensaje, sea una flor, un paisaje o una Naturaleza Muerta no es fundamental, es solo una plataforma de despegue para un salto mortal (o vital!?) a la percepción de dimensiones desconocidas de disfrute. Parte de ese proceso es conocimiento y experiencia …y la otra mitad es como sacar un conejo de una galera!.  Ayer terminé estas Bromelias.

Saludos Isabel